Precioso viaje por el archipiélago de islas que conforman el parque nacional de Phang Nga. Un espectaculo de manglares, peñas que surgen del mar, islas de paredes verticales, y como siempre un agua salada perfecta para bañarse (a aquellos a los que les gusta el agua templada, claro). Aquí tenéis un mapa:
El viaje lo hicimos en coche desde Khao Lak (ver anterior post) hasta la zona norte del mapa. Y desde ahi tomamos una pequeña embarcación con motor de... ¡coche! Eso sí que es reciclar...
Los manglares son ecosistemas que crecen en agua salada. Es sorprendente que los arboles puedan crecer en estas condiciones, pero aquí teneis la prueba. ¡Hay incluso palmeras!
La excursion por los manglares fue excelente, tuve la sonrisa que veis debajo todo el día...
La naturaleza forja maravillosos paisajes en esta zona del mundo. Por ejemplo túneles bajo las rocas por los que se puede navegar
Los manglares dan paso al mar. Allí paramos a comer en un pueblo construido alrededor del peñón que véis. La comida fue deliciosa, y como teníamos guía privado pudimos acomodar el horario para no tener que estar con todos los turistas en hora punta. También podeis ver los tipicos carteles avisando de tsunamis y rutas de evacuación...
Después de comer fuimos a una de las grandes atracciones de la bahía, la isla de James Bond... Ahí se rodaron escenas de "
El hombre de la pistola de oro". Nosotros no nos retamos a duelo y nos conformamos con nadar en las preciosas aguas. Por cierto, el nombre original de la isla es
Khao Tapu, o "เขาตะปู" en tailandés. Nombrar la isla como la de James Bond es un poco friki. ¡Gracias, bOw, por la info!
Después de más de 5 horas navegando por ese pedazo de mar de la bahía de Phang Nga, Nos piramos un poco a meditar en el templo de los monos. Es un templo budista en una cueva, en el exterior de la cual hay muchos monos salvajes, que son sobrealimentados por turistas. El guía nos explicó que los monos están tan acostumbrados a que les den de comer que muchas veces cogen lo que los turistas están comiendo ellos mismos, con lo cual a veces hay encontronazos que acaban con arañazos e incluso mordiscos. No entiendo demasiado la gracia de dar comida a estos animales. Después de todo hay suficiente alimentación natural en los alrededores. Pero es algo que ya no se puede cambiar...
Aquí un video de los susodichos monos...
Fueron unas ocho horas de viaje, absolutamente recomendables, por unos 40 y pico euros, con comida y bebida incluida. Nos lo pasamos genial...
¡¡¡SALUDOS!!!
